Boca vs Quilmes

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Falcioni suele quejarse de Pitana: ayer el juez actuó bien en el 1-0 y la roja a Silva pero se comió un penal a Viatri.



Esta vez no hubo quejas. Ni antes ni después. Antes, porque el equipo estaba ocupado esperando aviones y de un hotel en otro tratando de volver de Venezuela. Después, porque el hombre en cuestión, Julio César Falcioni, prefirió tirar la pelota afuera (“No opino”) frente al tamaño de la derrota. Y no culpar a Néstor Pitana, que varias veces fue blanco de sus reproches por actuaciones que él juzgó perjudiciales para el equipo.

Lo cierto es que Pitana tuvo un error importante, como para alimentar el disgusto del técnico de Boca, pero también tuvo grandes aciertos en el partido.

Primero, las buenas. 1) No hay nada que decirle en el primer gol; Caruzzo rechaza encima del cuerpo de Diz y la pelota da efectivamente en el brazo del hombre de Quilmes, pero es un brazo pegado al cuerpo y con el jugador mirando para otro lado en el acto reflejo del que busca apartar la cara del golpe que se viene. 2) Tampoco se le puede reprochar la expulsión de Silva. El uruguayo reaccionó en caliente y le tiró una patada descalificadora al pecho a Romero, en vendetta por el golpe de atrás que había recibido del mismo volante de Quilmes un segundo antes. ¿Si estuvo bien que sólo sancionara con amarilla a Chirola? Fue una patada fuerte, de atrás, con escasas posibilidades de llegar a la pelota. Es una jugada limítrofe, de las que habitualmente se conocen como “de anaranjada”. Si Silva no hubiera reaccionado, difícilmente se pediría algo más que amarilla para el agresor.

Y llegó el tiempo de la mala, que la hay: hubo un penal clarito a Viatri. Quilez lo empujó de atrás en un centro en el que había perdido la posición con el 9 de Boca. A Racing, un rato antes, Pezzotta le había dado un penal igualito (el segundo). Pero Pitana, bien ubicado, hizo señas de que siguieran, de que no había pasado nada.

Una mancha más...